La de hoy ha sido entretenida y completa.
Fuerte subida a San Tirso con bicicleta al hombro y bajada un tanto peligrosa debido a la niebla y terreno muy resbaladizo.
Tomamos la salida a un ritmo muy llevadero.
Hacía tiempo que no se salia con tanta tranquilidad y no viene mal alguna vez.
Tomamos rumbo a Oyón y alrededores de Sierra Cantabria.
La anecdota al principio ha sido el engrasado de la cadena de Miguel con grasa que rezumaba un tractor que pasamos al subir,y es que le sonaba que parecía que ina a cascar.
Mano de santo con el unte.
Antes de llegar a Viñaspre nos encontramos con Valeriano que bajaba de su pueblo Lanciego.
Una parada en la fuentehermosa de esta localidad.
Continuamos ruta hacia Cripan y comienza la subida fuertecilla a la ermita de San Tirso.
Antes hacemos alguna parada para agrupar.
Se echa la humedad y la niebla.
Así que hay tramos que debemos subir empujando la bicicleta.
Hacemo alguna foto chula.
Tras el esfuerzo,la recompensa es la llegada.
Carlos enciende un cirio en la ermita para que sigamos como estamos .
Una vez cerrada la fuerte puerta metalica,iniciamos el peligroso descenso.
Pasamos por la calzada romana de Cripán,donde aguantan los postes de luz de 125 voltios de antaño.
Aquí Valeriano tira para su pueblo.
Tambien pasamos por un asqueroso vertedero que parece habilitado en los alrtededores de Lanciego.
Posteriormente pasamos el embalse de Lanciego,buena realización para riego de las viñas.
A continuación paramos en Viñaspre de nuevo en la bella fuente romana a repostar agua.
Y descendemos por Oyón para acabar en el bar Carlos de la calle Huesca a tomar el vermut.
Una buena ruta de 53 km que aunque no ha sido cantidad,si han sido de calidad.
El video de la ruta:
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