Por mi parte me he equivocado en la elección
de la ropa y he salido de corto con manguitos,y he pasado
un frío como hacía tiempo.
No he llevado el tan recurrido chubasquero,pero la prueba ha sido superada.La de hoy ha sido una ruta maratoniana con casi noventa
kilómetros.
Al menos las fuerzas me han acompañado y he conseguido terminarla con buenas sensaciones.
Miguel se ha tenido que volver a la altura del cruce de San Martín,para llegar a tiempo a casa.
Hemos llegado a Logroño a las doce y veinte con una media bastante considerable.
La salida habitual,nos ha llevado por el camino viejo de Alberite,y pasando las bodegas rumbo
a la carretera de Ribafrecha,cogemos el camino que os lleva a Murillo de río Leza.
Continuamos por carretera hasta Ventas Blancas y seguimos hasta casi Robres del Castillo
para acometer la subida a San Martín.
El objetivo que Carlos buscaba era llegar al Collado y posteriormente enlazar con la carretera que lleva a santa Marina y descender por ella.
Aunque el día no ha acompañado,sí hemos divisado unos muy bellos paisajes,unos prados y vegetación cambiante.
Antes de llegar a San Martín a mano derecha hay un pabellón de animales.
Por esta pista hemos ascendido,hasta que al final llegamos a El Collado,una aldea de la sierra con muy pocos habitantes y muy derrruida.
De aquí siguiendo el camino que va al río hemos continuado por una pista de hayas y después de estopas,hasta que salimos a la carretera de Santa Marina.
El descenso por ella ha sido muy frío,se echaba en falta chubasquero y guantes largos.
Una vez en Robres del Castillo,pasamos por el cruce de Jubera,tomamos carretera hasta Ventas Blancas,y posteriormente Murillo,Villamediana y dos vermuts en la estrella.
La hora de llegada es a las doce y veinte con 86 km entre pierna y pierna.
La grabación de video no ha sido posible por un fallo técnico.
Otra vez será.
Hubiera sido muy buena.
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